martes, 29 de diciembre de 2015

Recuperaciones fotográficas del 2015


El año que termina no fue, especialmente, un año lleno de fotografías, experimentos de luz o capturas extraordinarias. Con todo y que viajé al Sur y a otros lugares cercanos a Colima, no tuve (como en otros años) una organización, ni de las fotos, ni de mis procesos fotográficos. Dejé de hacer los denominados 'fototours' y de interesarme durante largas horas en la las sombras y sus relieves. B Básicamente me he dedicado a cuidarme (descuidando otras cosas) y a la escuela, dejando de lado pasatiempos como el de la luz, la velocidad y la obturación.

Aún así, reitero que fue esa acampada en el Fresnal la que estimuló que viniera al viejo espacio del blog a revivir lo que acontece.

Comparto aquí una recuperación de fotografías del 2015 que contienen un poco de todo, desde los rincones de Colonia del Sacramento, en Uruguay, hasta las tranquilas tardes de adoquín y texto, en la casa que pronto dejaremos.




















viernes, 6 de febrero de 2015

mg .

Usted podrá notar que entré en una reconstrucción.

m. aram .

domingo, 4 de enero de 2015

De momento me vinieron las ganas de escribir. Es, tal vez, ese algo que me dice por dentro: 'ey! lo hiciste! ya lo lograste; demostraste, argumentaste.' Pasa que en realidad siento una calma, una satisfacción extraña. Aún después de aporreado por el día, mi mente activa. -lo sé. ese mezcal y la pipa; juntos tienen el equilibrio para la sangre-.

Y al final, a quiénes escribo. ¿En quiénes, realmente, termino pensando? ¿Para (qué)(quién) escribo? En realidad Alma tiene razón. Así el enunciado; así el reconocimiento de la razón ajena y su sentencia. En muchas tiene razón; descubre dibujos extraños, es astuta obersvadora de escenarios vírgenes en la idiosincracia de este mal tecleador. Se ha metido dentro de la cueva del Lobo y lo ha saludado con una sonrisa, así... de uñas pintadas y pelo como lava; de extrañas ideas y cálidas sonrisas;  una libertad libre de prejuicios que viene añadiendo nuevos elementos al paradigma y aún persiste ese nudo que ahoga esporádicamente el paso de oxígeno. Quizá es por eso que ahora lo escribo, porque sé lo que ahora significa para mí; como si estuviese desatando el nudo, poco a poco, bajándolo con el Zacatecano y este humo (y está música distractora)...

[ -y el sueño interrumpe aqui-. ]

Texto escrito entre febrero y marzo de 2013, escrito pensando en quien ahora amo.
Miguel Aram.



viernes, 2 de enero de 2015

El año que se fue entre árboles

Han sido días de naturaleza y viento frío, de horasca, ríos y lagunas que esconden el sonido de la inmensidad de la vida en los espacios no apropiados por el hombre. Desde la ida a 'Dos Higueras' en donde nuestro  lobillo se avalanzó hacia el río, hasta la carne asada entre amigos en un terreno cerca de Carrizalillos, para terminar con dos noches durmiendo en La María, envueltos por el sereno.

Hicimos un pic nic a la sombra de El Guardián, vigilante celoso del coloso de fuego y su incansable actividad que nos recibió con discreta ceniza y profundos contrastes de luz. Sentado allí, caminando por ese sendero, llendo hacia la aislada y vacía Yerbabuena pensé en lo mucho que me gusta pasar los días alejados del bullicio monótono de la ciudad y vinculado más a las dinámicas que impone el campo, la hierba, la cerveza fría y la compañía cálida de las personas a quienes amo.

Nuestro viaje fue breve pero significativo, nuevo, generoso. Pasar dos noches con Alma y nuestro lobo -en su estado salvaje y en lo más parecido a su hábitat natural-, junto a mi hermano, mi cuñada y Zoe; cerrar el año juntos, como la gran familia que hemos tejido, arriesgándonos a cargar con el pelos y con todo lo que el espacio abierto nos exige, regresar completos y cansados como debe ocurrirnos. Nada pudo ser mejor que despedir el año pasado e iniciar el 2015 de esta forma.

Cierro el círculo de esa experiencia con estas imágenes que relatan mucho, que cuentan historias y dejan estructuras y colores fijos, puestos por el pincel de la cámara en la eternidad, conservadas sólo por del ciberespacio al que no pertenecen, pero que las conserva, como el recuerdo vivo de nuestros días en la montaña. Gracias 2014, bienvenidos los más de trescientos días del 2015.