Venía con la intención de hacer/practicar fotografía nocturna... Estrellas, luna, cielo oscuro, mar oscuro. La primera noche se bubló tanto que no apareció una sola estrella. Las nubes negras amenazaban con soltar una tormenta sobre mí. Me senté a disfrutar de la furia de la naturaleza. Pensándolo bien, nunca había estado acampando solo en la playa a punto de desatarse una tormenta. Fue un regalo.
martes, 13 de julio de 2010
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