domingo, 1 de marzo de 2009

Mi escala pentatónica

La música es la manifestación pentatónica de mi vida. Es decir, la representación escrita (en escala pentatónica) de lo que me ocurre cotidianamente. De esta manera, muchos momentos importantes que he tenido la fortuna de experimentar, tienen un 'soundtrack' de fondo que da contexto a las cosas que me ha tocado vivir. Cuando las cosas se ponen bien (en términos generales), hay canciones, discos, grupos, estilos y hasta géneros completos que me acompañan en el camino a recorrer, al igual que los hay cuando las cosas no están del todo bien.

"Fa, Sol, Do menor, La sostenido y Si bemol" no son los mismos que "Fa, Sol, Do menor, La sostenido y Si bemol" en momentos de crisis.

Aunado a lo anterior, la música (para mí) parece tener una especie de poder curativo... [que no es necesariamente la cura precisa de las cosas] Me produce una extraña sensación que me ayuda a enfrentar momentos difíciles. No los suprime, ni los facilita, ni los elimina, ni los hace menos importantes, ni siquiera los 'cura', sólo me ayuda a mí a enfrentarlos (tal cual son, así como vengan!!). Esa solución que se inyecta en mi cuerpo a través de la música tiene múltiples efectos, uno de ellos es el de servir como válvula de escape cuando mi entorno se satura de presión.

Cuando paso por momentos difíciles, complejos, incomprensibles, enredosos, agrestes, frustrantes, amargos... Una buena dosis de música cargada de emociones, de sesanciones, de complejidad, de lógica para mi cerebro, me ayuda a entender algunas de mis más retorcidas visiones.

Así pues, en ocasiones me encuentro rodeado de canciones complejas, de temas difíciles, de escalas incomprensibles, de ritmos enredosos, de discos agrestes, de letras frustrantes, de atmósferas musicales amargas. Cuando uno está sumergido en un pantano musical, las manchas de la propia piel se visualizan con menos intensidad. Mientras más retorcida sea la música, mejor; Mientras más compleja, agreste, agresiva, enredosa, mejor (Insisto, ideal para momentos como el mío...) Ni siquiera debe de tener afinidad con los sentimientos de ese momento específico, sólo es suficiente que los sepa evocar con claridad para intentar ponerlos en el plano borroso de la armonía misma.

No todo puede ser descrito con palabras, pero sí puede ser representado musicalmente. Y los eventos de la vida nunca se miran igual cuando son proyectados con el filtro de la música.

[Quizá ni siquiera yo mismo me esté dando a entender... Así que dejaré que las siguientes canciones -que no necesariamente sus imágenes- digan lo que quería decir, expresen lo que quería expresar, y sirvan de contexto y contenido de las emociones que me invaden.]

[Bleed]

[Closer]

[Schism]

Sólo tres de cientos (quizá miles) de melodías que incansablemente taladran mi mente...

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